La magia de Sorquecia

La magia de Sorquecia

Eleyna era una chica de catorce años,  muy bondadosa y destacada entre todas las personas,  era amable serena y muy hermosa. Ella vivía junto a sus padres en un poblado llamado Stanvill. En su colegio varios muchachos querían estar con ella pero ninguno le parecía el adecuado, se aburría de ellos fácilmente.

Un día luego de un sueño maravilloso con dos personas jugando y divirtiéndose,  fue muy contenta al sanitario a bañarse, y al mirarse al espejo se vio una antena. La muchacha se asustó y empezó a sentir vergüenza de ella misma. Preocupada se puso un gorro de flores para tapar esa fea antena, y todo ese día estuvo con ese gorro puesto, hasta que se fue a dormir. Se tapó toda entera con las sábanas. Cuando  despertó luego de un sueño similar al de la otra noche,  se fue nuevamente a reflejar al espejo y observó que le salieron colmillos en el cuello,  y también avergonzada de sí misma se colocó un cuello polar.  Al día siguiente tuvo otro sueño parecido y otra vez en el espejo se vio y sus  dientes eran morados.  Entonces se tapa aún más. Luego de varios días seguidos de estos sueños y escamas, manos peludas, ojos amarillos, lengua picuda, uñas del pie largas, y otras cosas más, la chica estaba repleta de ropa y sus padres sospechaban cada vez más de que algo raro le estaba pasando.

Iba a la escuela toda cubierta, que ni la boca se le veía. En el colegio empezó a ir un chico nuevo, Eleyna lo miró y le dijo que era el muchacho mas lindo que había visto (aunque no lo era tanto), y también le comentó que le pareció que lo vió en alguna otra parte, y el chico comentó que el también estaba familiarizado con ella.

Al final de ese día, eran apenas las 21:05 hs cuando terminó de cenar y se fue a su dormitorio rápidamente. Se miró, se acostó (parecía un monstruo tan feo que ni su perro la querría) y tirada en su cama se puso a pensar que sería de su vida. ¿Tendría que vivir en una cueva como un oso o bajo un puente sola?... Y poco a poco pensando sobre sí misma y su maltrecho estado se fue durmiendo.

La chica no tuvo ese sueño que tanto le gustaba sino uno donde aparecía una mujer muy extraña con sus mismas imperfecciones que le llamó mucho la atención. La señora le dijo: ven, levántate. Ella se levantó, y amarrándose de su mano,  la rara mujer la empezó a acompañar por un camino luminoso rodeado de altos árboles y animalitos muy chillones, y volvió a hablar:

_¿Sabes porque estás aquí Zámera?

_¿Zámera? Preguntó Eleyna

 _Si,  Zámera,  ese es tu verdadero nombre.

_¿Qué clase de nombre es ese? ...piensa

- Tú eres una sorqa, de Sorquecia, un planeta que está a millones de años luz de la Tierra.

- Tu dices que soy… ¿¡extraterrestre!?-exclama la chica

 _Si claro que si, así es como se llama una persona que vive en otro planeta, ¿cierto?

 _Guauuu, ¿entonces cual es  mi familia de origen?... alto!, ¿y mi otra familia? 
_Ultimamente  la estás viendo a tu familia,  ¿Qué pasa?,  ¿no recuerdas cuánto te divertías con tus padres, luego de pasar un día en la tierra ?

_ Ahh, si, claro,  cuando yo dormía despertaba en Sorquecia  y… ¿lo que me está… digo, nos, esta pasando?

_Esto, es una transformación, que pasa solo una vez. ¿Recuerdas al último soqueciano que viste además de mí?

_No, no lo… ah, si! …ya sé,  es ese chico en la escuela.

_Claro,  a él le pasó lo mismo que a ti.

 _¿ Lo mismo que a mi? ¿qué pasó en mi niñez, por qué estoy en la tierra?

_Tu al nacer eras tan parecida  a una humana que eras fea y rara en tu planeta,  pero muy hermosa en la tierra y así fue que te dejaron en la tierra, allí te criaron y cuidaron como humano normal hasta la actualidad.

De golpe, Eleyna despertó, y muy silenciosa se dirigió a mirar su fea apariencia.  Caminó hacia el baño pensando en lo que solo había sido un sueño.  Ya frente al espejo, abrió sus ojos despacito, se miró y era tan humana y bella como siempre. Se alegró tanto que se desvistió y empezó a correr y saltar. Luego, reflexionando pensó que su sueño no había sido normal,  fue un sueño mágico…fue la magia de Sorquecia en la Tierra.

Santiago B.

Gracias hijo! ;)