Ama! deja que tu alma brille...

Ama! deja que tu alma brille...
Amor Verdadero...amor profundo, trascendental...incondicional

miércoles, 9 de junio de 2010

Cita




Existes. Estás vivo.
Reúne tus fortalezas, no tus debilidades.
¿Cuáles son tus fortalezas?
Tus fortalezas son la conciencia, la bondad, la comprensión,
el reconocimiento, el regocijo, el amor.
Y cuando te acompañas de ellos, el resultado es hermoso.
Cada segundo que permaneces con la belleza dentro de ti, estás liberado. Eres libre
Prem Rawat-Maharaji

Imagínate la libertad y encontrarás las fortalezas . La belleza en el alma se ve en los frutos que solo se obtienen  de la buena siembra hecha con Amor y regocijo

Funes, el Memorioso


Funes El Memorioso
(Artificios, 1944;
Ficciones, 1944)

( Fragmentos)
         ...Me dijo que el muchacho del callejón era un tal Ireneo Funes, mentado por algunas rarezas como la de no darse con nadie y la de saber siempre la hora, como un reloj. Agregó que era hijo de una planchadora del pueblo, María Clementina Funes, y que algunos decían que su padre era un médico del saladero, un inglés O'Connor, y otros un domador o rastreador del departamento del Salto. Vivía con su madre, a la vuelta de la quinta de los Laureles... 
        ... En el decente rancho, la madre de Funes me recibió. Me dijo que Ireneo estaba en la pieza del fondo y que no me extrañara encontrarla a oscuras, porque Ireneo sabía pasarse las horas muertas sin encender la vela. Atravesé el patio de baldosa, el corredorcito; llegué al segundo patio. Había una parra; la oscuridad pudo parecerme total. Oí de pronto la alta y burlona voz de Ireneo. Esa voz hablaba en latín; esa voz (que venía de la tiniebla) articulaba con moroso deleite un discurso o plegaria o incantación. Resonaron las sílabas romanas en el patio de tierra; mi temor las creía indescifrables, interminables; después, en el enorme diálogo de esa noche, supe que formaban el primer párrafo del vigésimocuarto capítulo del libro séptimo de la Naturalis historia...
         ...Arribo, ahora, al más dificil punto de mi relato. Este (bueno es que ya lo sepa el lector) no tiene otro argumento que ese diálogo de hace ya medio siglo. No trataré de reproducir sus palabras, irrecuperables ahora. Prefiero resumir con veracidad las muchas cosas que me dijo Ireneo. El estilo indirecto es remoto y débil; yo sé que sacrifico la eficacia de mi relato; que mis lectores se imaginen los entrecortados períodos que me abrumaron esa noche.
        ... Ireneo empezó por enumerar, en latín y español, los casos de memoria prodigiosa registrados por la Naturalis historia: Ciro, rey de los persas, que sabía llamar por su nombre a todos los soldados de sus ejércitos; Mitrídates Eupator, que administraba la justicia en los 22 idiomas de su imperio; Simónides, inventor de la mnemotecnia; Metrodoro, que profesaba el arte de repetir con fidelidad lo escuchado una sola vez. Con evidente buena fe se maravilló de que tales casos maravillaran. Me dijo que antes de esa tarde lluviosa en que lo volteó el azulejo, él había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sordo, un abombado, un desmemoriado. (Traté de recordarle su percepción exacta del tiempo, su memoria de nombres propios; no me hizo caso.) Diecinueve años había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo..."
       
        ... La voz de Funes, desde la oscuridad, seguía hablando..
         Me dijo que hacia 1886 había discurrido un sistema original de numeración y que en muy pocos días había rebasado el veinticuatro mil. No lo había escrito, porque lo pensado una sola vez ya no podía borrársele. Su primer estímulo, creo, fue el desagrado de que los treinta y tres orientales requirieran dos signos y tres palabras, en lugar de una sola palabra y un solo signo. Aplicó luego ese disparatado principio a los otros números. En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur, Olimar, azufre, los bastos, la ballena, gas, 1a caldera, Napoleón, Agustín vedia. En lugar de quinientos, decía nueve. Cada palabra tenía un signo particular, una especie marca; las últimas muy complicadas... Yo traté explicarle que esa rapsodia de voces inconexas era precisamente lo contrario sistema numeración. Le dije decir 365 tres centenas, seis decenas, cinco unidades; análisis no existe en los “números” El Negro Timoteo o manta de carne. Funes no me entendió o no quiso entenderme.
         Locke, siglo XVII, postuló (y reprobó) idioma imposible en el que cada cosa individual, cada piedra, cada pájaro y cada rama tuviera nombre propio; Funes proyectó alguna vez un idioma análogo, pero lo desechó por parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez.
         Los dos proyectos que he indicado (un vocabulario infinito para serie natural de los números, un inútil catálogo mental de todas las imágenes del recuerdo) son insensatos, pero revelan cierta balbuciente grandeza. Nos dejan vislumbrar o inferir el vertiginoso mundo de Funes. Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez. Refiere Swift que el emperador de Lilliput discernía el movimiento del minutero; Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso. Babilonia, Londres y Nueva York han abrumado con feroz esplendor la imaginación de los hombres; nadie, en sus torres populosas o en sus avenidas urgentes, ha sentido el calor y la presión de una realidad tan infatigable como la que día y noche convergía sobre el infeliz Ireneo, en su pobre arrabal sudamericano. Le era muy difícil dormir. Dormir es distraerse del mundo; Funes, de espaldas en el catre, en la sombra, se figuraba cada grieta y cada moldura de las casas precisas que lo rodeaban. (Repito que el menos importante de sus recuerdos era más minucios y más vivo que nuestra percepción de un goce físico o de un tormento físico.) Hacia el Este, en un trecho no amanzanado, había casas nuevas, desconocidas. Funes las imaginaba negras, compactas, hechas de tiniebla homogénea; en esa dirección volvía la cara para dormir. También solía imaginarse en el fondo del río, mecido y anulado por la corriente.
         Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.
         La recelosa claridad de la madrugada entró por el patio de tierra.
         Entonces vi la cara de la voz que toda la noche había hablado. Ireneo tenía diecinueve años; había nacido en 1868; me pareció monumental como el bronce, más antiguo que Egipto, anterior a las profecías y a las pirámides. Pensé que cada una de mis palabras (que cada uno de mis gestos) perduraría en su implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles.
         Ireneo Funes murió en 1889, de una congestión pulmonar.
Jorge Luis Borges

Cuento Corto de Borges

La Leyenda
Abel y Caín se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban por el desierto y se reconocieron desde lejos, porque los dos eran muy altos. Los hermanos se sentaron en la tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban silencio, a la manera de la gente cansada cuando declina el día. En el cielo asomaba alguna estrella, que aún no había recibido su nombre. A la luz de las llamas, Caín advirtió en la frente de Abel la marca de la piedra y dejó caer el pan que estaba por llevarse a la boca y pidió que le fuera perdonado su crimen.

Abel contestó:
-¿Tú me has matado o yo te he matado? Ya no recuerdo; aquí estamos juntos como antes.
-Ahora sé que en verdad me has perdonado -dijo Caín-, porque olvidar es perdonar. Yo trataré también de olvidar.
Abel dijo despacio:
-Así es. Mientras dura el remordimiento dura la culpa.

J. L. Borges
 
"Olvidar es perdonar" si la culpa aún ocupa un lugar en ti es porque no has podido olvidar, y si no has olvidado es porque el AMOR aún no llenó tu corazón y no has podido perdonar... no trates de comprender, solo trata de trascender, y olvidar.

Comprension de un problema...

Cuál es el proceso para la comprensión de un problema?

Para comprender, la mente-corazón debe descargarse de sus propias acumulaciones, de manera que sea capaz de una percepción recta. Si queréis comprender una pintura moderna, tenéis, si os es posible, que hacer a un lado vuestra preparación clásica, vuestros prejuicios: vuestras respuestas ya educadas. De manera similar, si deseamos comprender un complejo problema psicológico, debemos ser capaces de examinarlo sin ninguna propensión favorable o condenatoria; debemos estar en aptitud de abordarlo con desapasionamiento y frescura.
El que interroga dice que ha estado luchando durante muchos años con su problema. En su lucha el ha acumulado lo que llamaría experiencia, conocimiento, y con esta carga en aumento trata de resolver el problema; de ese modo nunca se ha puesto frente a frente con él, abiertamente, como de nuevo, sino que siempre lo ha abordado con la acumulación de varios años. Es esta memoria acumulada lo que confronta el problema y por tanto no existe su comprensión. El pasado muerto obscurece el siempre vivo presente.
La mayoría de nosotros nos encontramos arrastrados por alguna pasión y somos inconscientes de ello, pero si acaso somos conscientes, generalmente la justificamos o disculpamos. Mas si es una pasión que deseamos trascender, por lo general luchamos con ella, tratamos de conquistarla o suprimirla. Al tratar de vencerla no la hemos comprendido; al tratar de suprimirla no la hemos trascendido. La pasión permanece todavía o ha tomado otra forma que es aún causa de conflicto y dolor. Esta constante y continua lucha no trae comprensión, sino sólo fortalece el conflicto, recargando la mente-corazón con la memoria acumulada. Pero si podemos ahondar profundamente dentro del conflicto y morir a él, enfrentarnos a él como por vez primera, sin el lastre del ayer, entonces podemos comprenderlo. Por estar nuestra mente-corazón alerta y aguda, profundamente consciente y en quietud, el problema se trasciende.
Si podemos abordar nuestro problema sin formular juicios, sin identificación, entonces las causas que yacen detrás de él se revelan. Si hemos de comprender un problema, debemos apartar nuestros deseos, nuestras acumuladas experiencias, nuestros patrones de pensamiento. La dificultad no está en el problema en sí, sino en cómo lo abordamos. Las cicatrices de ayer impiden abordarlo en la forma debida. El condicionamiento traduce el problema de acuerdo con su propio molde, lo cual no libera en forma alguna el pensamiento-sentimiento de la lucha y dolor del problema. Traducir el problema no es comprenderlo; para comprenderlo y así trascenderlo, la interpretación debe cesar. Lo que se comprende plena, completamente, no deja huella como memoria.
Krishnamurti

Y volvemos al tema de la aceptación...pues tratar de comprender nos lleva a usar la mente y creo que debemos vaciarla y llenar el corazón para comprender y trascender el problema..¿el modo?... limpiarnos de experiencias negativas repetitivas que nos han introducido en un molde del que no podemos salir. Para no repetir siempre los mismos patrones debemos "cambiar la acción", sin juicios, sin mente... cambiar la percepción de todo y siempre siguiendo la línea de lo que realmente sentimos...sin luchas, sin esfuerzo...  

Eleva tu vibración de amor



COMO TRABAJAR CON LA ENERGÍA DIVINA PARA ELEVAR
TU  VIBRACIÓN PERSONAL

Todo está hecho de energía Divina. Incluso los científicos estarán de acuerdo, que todo en la creación, cuando es reducido a sus componentes más pequeños, existe como energía pura.
Mientras más rápido vibre la energía en un objeto, menos denso es ese objeto en el plano físico.
Todo en la Tierra vibra dentro de un rango de frecuencia determinado y los sentidos humanos, pueden fácilmente percibir, de una u otra forma, la mayoría de lo que está dentro de ese rango en la Tierra.
Una de las razones del por qué las personas no pueden percibir dimensiones de realidad más altas, es porque éstas vibran a una frecuencia que escapa a las capacidades de percepción humana.
Piensen en esos silbatos para perros, aunque ustedes no puedan oírlos, saben que el sonido que emiten es real porque pueden observar que el perro reacciona a el.
Lo mismo ocurre con las personas que perciben las altas dimensiones o a los seres de altas dimensiones.
Para la mayoría de la gente en la Tierra, hoy en día, está más allá de sus niveles de percepción, pero, algunos han elevado su rata vibratoria para estar más cerca de su familia de luz y de las dimensiones más altas de realidad que el resto de los seres encarnados en la Tierra.
Tu Ser Crístico también existe en estos planos de vibración más elevados, y mientras más te acerques en vibración a tu Ser Crístico, más fácil es volver con estás frecuencias vibratorias al plano físico y a vuestro nivel de conciencia.
El Elevar tu frecuencia vibratoria, te permite también, trabajar más fácilmente con cualquier tipo de Guía Divina, con los Arcángeles, los Maestros Ascendidos, con tu Ser Crístico.
Puedes elevar tu vibración personal, llevando a cabo específicos trabajos con tu Ser Crístico y con tus Guías de Luz.
Reserva una porción de tiempo especialmente para trabajar sobre esto, también ayuda mucho si tienes claro en tu mente lo que deseas y si reconoces concientemente que éste es el trabajo que se esta llevando a cabo contigo.
Para llevar a cabo este trabajo, siéntate o tiéndete de forma confortable.
Invita a tu Ser Crístico y los Guías de Luz. Pídeles que te ayuden a elevar tu rata vibratoria a la frecuencia que sea más apropiada para ti.
Ellos te conocen bien y harán el trabajo que sea más indicado para cada sesión.
Puedes comenzar conectándote con Ellos a través de tus chakras. Visualiza una brillante luz blanca sobre ti que emana de si sobre tu chakra de la coronilla.
Reconoce que ésta es la energía Divina que tu Ser Crístico y Guías de Luz usarán para trabajar contigo.
Visualiza esta Luz Blanca Brillando lentamente hacia abajo, a través de todos tus chakras y luego esparciéndose por todo tu cuerpo, para luego rodearte completamente a la vez que llena tu aura.
A estas alturas deberías estar bien conectado ya con tu Ser Crístico y tus Guías de Luz. Trata de mantenerte en un estado mental meditativo, relájate y permite que trabajen contigo.
Si eres sensitivo a la energía, podrás sentirla fuertemente actuando en diferentes partes de tu cuerpo mientras el trabajo progresa.
No te preocupes si las sensación de la energía se intensifica de vez en cuando.
Tu Santo Ser Crístico y tus guías de Luz tienen completo control sobre lo que hacen y no serás dañado de ninguna forma.
Ellos siempre usaran la cantidad requerida de energía para ayudarte a cumplir tus anhelos.
No necesitas estar plenamente conciente o entender plenamente cada uno de los pasos del trabajo que el Ser Crístico y tus Guías de Luz realizan contigo en cada sesión.
Todo lo que tienes que hacer es mantener la intención de hacer el trabajo y confiar en tu Ser Crístico, tu Real Ser, que llevarás a cabo todo el trabajo requerido para que puedas cumplir con tus anhelos personales de ascensión.
Si estas recién empezando y aún no puedes percibir la energía de forma física, confía en que, por tu sola intención estas llevando a cabo todo el trabajo que requieres para progresar, así como tu Ser Crístico sabe lo que es perfecto para ti.
Después de realizar este trabajo de energía por un tiempo, empezarás a sentir la energía como un cosquilleo talvez, una sensación de calor o una suave sensación de energía fluyendo a través de ti.
Es muy particular la forma en que cada persona percibe la energía, y en que nivel son sensitivos a ella. Sé paciente contigo y date tiempo para progresar con tu trabajo energético.
Es un trabajo de ?paso a paso? para cada uno, y cada uno logrará la paz que es perfecta para cada cual.
Te animamos a que te tomes un momento cada día para que te conectes con tu Ser Crístico y Guías y realices este trabajo.
Incluso si el único tiempo que tienes es justo antes de ir a dormir, este trabajo se puede prolongar mientras duermes y, en consecuencia, no es raro que te quedes dormido en cualquier momento durante el día mientras realizas este trabajo energético, lo cual puede incluso ser de ayuda algunas veces mientras se realiza.
Puedes, incluso llamar a Sananda, Los Arcángeles y a los Maestros Ascendidos para que te asistan en tu trabajo de elevación, Ellos te pueden ayudar a cumplir tus anhelos tan rápidos como desees.
El realizar este tipo de trabajo, te ayudará también a establecer buenos enlaces energéticos y conexiones concientes con Ellos, para que así, te puedan asistir en todos tus trabajos espirituales y en toda tu vida.

SAINT GERMAIN

Mas allá de tus creencias, vibrar en Cristo es Vibrar en Amor por todo lo que existe y eso te eleva a ser mejor cada día, a dar lo mejor de ti y sentir la plenitud en tu alma en cada cosa que hagas mejorando tu calidad de vida y control de tus emociones.

Una Mano

Una Mano
Cómo decir que yo también apetezco en este preciso instante una mano, pero no cualquier mano, una mano arrugada con voz de experiencia, una mano apetezco, no importa si está completa, si tiene uñas pulidas, sabañones o nudillos muy grandes. Yo sólo apetezco una mano. Apetezco una mano amiga, con tiritas de ternura para acariciar a un bebé. No quiero una mano para que haga las tareas de la casa, ni que tenga cayos o durezas, apetezco una mano suave y gentil, que cebe mates, que sepa dar un apretón,que me sostenga. Una mano, no una palmada,una mano no un perro,una mano... Sólo apetezco una mano, para pintar al mundo de colores brillantes, para decir "adiós, hola, aquí estoy"; una mano. Apetezco una mano para regalar, para construirr, para escribir, para subir, para bajar, para ir de paseo, para bailar. Apetezco una mano. ¿Y a vos qué te apetece? ¿Te apetece mi mano?
Besos
De Carina Lubatti

A quién no le apetece una mano?... una mano para alcanzar el sol que necesitamos para iluminarnos cada día y así salir a la calle y llenar de sonrisas las miradas sin aliento, una mano para sostener al anciano que nadie ve y al niño que corre sin miedos; una mano...una mano que nunca falte una mano para quien la apetezca... Gracias Carina, tomo tu mano!