Ama! deja que tu alma brille...

Ama! deja que tu alma brille...
Amor Verdadero...amor profundo, trascendental...incondicional

lunes, 28 de noviembre de 2011

Canción del Sembrador de Voces...

 
Canción del Sembrador de Voces

Caminando al azar por los caminos,
por los muchos caminos distintos de la vida,
voy tirando palabras desnudas en el viento,
como quien va tirando, distraído,
semillas de naranja sobre el agua de un río.

Son palabras dispersas, acaso sin sentido,

palabras misteriosas que afluyen a mi boca,
cuyo origen ignoro.

Algunas veces pienso que es otro quien las pone

sobre mis propios labios para que yo las diga.
Y yo las digo; pero, tan displicentemente,
como quien va tirando, distraído,
semillas de naranja sobre el agua de un río.

La multitud que pasa me mira y se sonríe

y yo también sonrío; pero sé lo que piensa.

En cambio ella no sabe que yo estoy construyendo

con esas simples voces salidas de mis labios,
la estatua de mí mismo sobre el tiempo.


Franklin Mieses Burgos

jueves, 1 de septiembre de 2011

Y vienes...



Y VIENES

Y me traes hojas,

pájaros ciegos

que en tus manos,

como en nidos, se ocultan.

Y arena limpia,

como si hubiera ensayado

vientos en tus ojos.

Y me traes el placer ingenuo

de los niños y de las risas;

también algo que se escapa,

la tarde,

para explicarme cómo el cielo

hace el amor con las ventanas.


Mamen Alegre

jueves, 4 de agosto de 2011

Concédeme...


Concédeme esos cielos, esos mundos dormidos...

Concédeme esos cielos, esos mundos dormidos,

el peso del silencio, ese arco, ese abandono,

enciéndeme las manos,

ahóndame la vida

con la dádiva dulce que te pido.


Dame la luz sombría, apasionada y firme

de esos cielos lejanos, la armonía

de esos mundos sellados,

dame el límite mudo, el detenido

contorno de esas lunas de sombra,

su contenido canto.


Tú, el negado, da todo,

tú, el poderoso, pide,

tú, el silencioso, dame la dádiva dulcísima

de esa miel inmediata y sin sentido.


Idea Vilariño



lunes, 27 de junio de 2011

Renueva tus energías...


"Es preciso elevarse con las alas del entusiasmo. Si se razona no se volará jamás"
Anatole France

...Para renovar nuestras energías, vitalizar los proyectos y emprendimientos se requiere retirar el foco de la atención en el mundo exterior e ir descubriendo la motivación intrínseca: ¿qué aspectos deseo conservar o resguardar que me apasionan en este proyecto? ¿Qué amo hacer? ¿Cómo aplicar mis dones y talentos para el beneficio de un propósito mayor?
La motivación en nosotros - y también en quienes nos acompañan- surge al conectar los propósitos internos y externos, al conectar lo personal con aquello que no necesariamente conocemos pero que va más allá de la individualidad, algo que nos trasciende, que se convertirá en nuestro legado.
Es a partir de estas indagaciones que se brinda el espacio, se logra reconocer el verdadero sentido de nuestros esfuerzos, aquello que nos hace decir: Si, vale la pena!!! Es lo que convierte las acciones de seres ordinarios en actos extraordinarios. Si, efectivamente es eso lo que necesitamos, es despertar de verdad a lo que somos y desde allí convertirnos en la fuente de inspiración para los propósitos que llevamos adelante. Seguimos los pasos del poeta Jalil Gibrán que nos dice “El trabajo es amor hecho visible”.
Es en estos momentos de pura Inspiración, sin Escasez y plenos de Abundancia, dónde el sentido del emprendedor se hace trascendente. De este modo la adversidad es una motivación adicional en nuestro camino de realización.
 
Johannes Uske y Guillermo Rodriguez



martes, 21 de junio de 2011

Recuerdas?


La vida comenzó, un día te encontraste con ella.
La consciencia iba y venía. Los pensamientos iban y venían. Algo bullía en tu interior, quería conocer, quería sentir aquella sensación, quería que esta vida fuera real; quería que cada cabello, cada célula, cada fibra de tu ser pudiera sentir que aquí hay algo real.
Pero luego, igual que el toque del rey Midas… todo lo que tocas se convierte en ilusión. Hasta que alguien llega y dice algo que te recuerda aquel sentimiento… ”

Prem Rawat-Maharaji


miércoles, 8 de junio de 2011

Tu Sed...

 Nadie puede convencerte de que hay una sed dentro tuyo.
Yo puedo decirte que la sentí y tu tienes que encontrar la tuya. 
Cuando la encuentres, recién entonces empieza el proceso de calmar esa sed. 
El auto-conocimiento puede ayudar. 
Nos permite conectarnos con el mundo interior donde está la dicha.
Si es una catarata, si es un río o si es un arroyo,
acércate a ello con una sed sincera en tu corazón,
un poquito de humildad, un poquito de querer conocer. 
Deja al corazón que sea el juez
Prem Rawat-Maharaji

jueves, 2 de junio de 2011

Historia de las arenas...


La Historia de las Arenas
Un arroyo, desde su nacimiento en las lejanas montañas, después de atravesar todo tipo de paisajes, alcanzó por fin las arenas del desierto. Igual que había cruzado todas las demás barreras, el arroyo trató también de cruzar esta, pero se encontró que en cuanto se adentraba en la arena, sus aguas desaparecían.
Sin embargo, estaba convencido de que su destino era cruzar ese desierto, y de que a la vez no había manera de cruzarlo. Entonces una voz oculta, que salía del mismo desierto, le susurró: “El viento cruza el desierto, e igualmente puede hacerlo el arroyo”.
El arroyo objetó que estaba arremetiendo contra la arena, pero que sólo estaba siendo absorbido; que el viento podía volar y de que gracias a esto podía atravesar el desierto.
“Arremetiendo de tu manera habitual no podrás atravesarlo. Desaparecerás o te convertirás en una marisma. Debes dejar que el viento te lleve a tu destino.”

“¿Pero cómo puede esto suceder?”.
“Dejando que el viento te absorba”.
Esta idea no era aceptable para el arroyo. Después de todo, nunca antes había sido absorbido. No quería perder su individualidad, y una vez que la hubiese perdido, ¿cómo iba a saber que podría volver a recuperarla?
“El viento”, dijo la arena, “cumple esa función. Evapora el agua, la transporta a través del desierto, y después la vuelve a dejar caer. Al caer en forma de lluvia, el agua se vuelve a convertir en un río”.
“¿Cómo puedo saber que esto es verdad?”

“Así es, y si no me crees, no podrás convertirte más que en un cenagal, e incluso eso te costará muchos, muchos años; e indudablemente no es lo mismo que un arroyo”.
“¿Pero, no puedo seguir siendo el mismo arroyo que soy hoy?”
“No puedes seguir así en ningún de los casos”, dijo el susurro. “Tu parte esencial es transportada y vuelve a formar un arroyo. Tú recibes el nombre que tienes, incluso hoy, porque no sabes que parte de ti es la esencial.”
Cuando el arroyo escucho esto, comenzó a resonar un cierto eco en sus pensamientos. Débilmente, recordó un estado en el cual él —¿o era una parte de él?— había sido sostenido en los brazos del viento. También recordó —¿lo recordó?— que esto era lo que realmente había que hacer, aunque no necesariamente lo más obvio.
Y el arroyo hizo ascender su vapor hacia los acogedores brazos del viento, que suavemente y con facilidad le llevaron hacia arriba y a lo lejos, dejándole caer suavemente en cuanto alcanzó la cima de la montaña, muchos, muchos kilómetros más allá.
Y como había abrigado sus dudas, el arroyo fue capaz de recordar y grabar con más fuerza en su mente los detalles de la experiencia.

Él reflexionó. “Sí, ahora he conocido mi verdadera identidad”.

El arroyo estaba aprendiendo. Pero las arenas susurraron: “Nosotras lo sabemos, porque lo vemos suceder un día tras otro y porque nosotras, las arenas, nos extendemos desde la orilla del río por todo el camino hasta la montaña”.
Y por eso se dice que el camino por el que el arroyo de la vida tiene que continuar su viaje, está escrito en las arenas.

Osho