Ama! deja que tu alma brille...

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Amor Verdadero...amor profundo, trascendental...incondicional

miércoles, 16 de junio de 2010

Salvador Dalí


El Narciso de Dalí
Salvador Dalí dejó instrucciones precisas para observar visualmente su cuadro Metamorfosis de Narciso: Si se contempla durante algún tiempo, la figura hipnóticamente inmóvil de Narciso, ésta desaparece gradualmente, hasta volverse absolutamente invisible. La metamorfosis del mito, prosigue, tiene lugar en ese preciso momento, ya que la imagen de Narciso se transforma súbitamente en la imagen de una mano que surge de su propio reflejo. Esa mano sostiene con la punta de los dedos un huevo, una simiente, el bulbo donde nace el nuevo Narciso, la flor. Al lado se puede observar la escultura calcárea de la mano, mano fósil del agua que sostiene la flor abierta.

Pero el pintor va más allá y complementa el cuadro con un poema que alimenta a la pintura, del el mismo modo que ésta se nutre de la poesía. Nace así Metamorfosis de Narciso como texto poético que, en palabras de su propio autor, constituye el primer poema y el primer cuadro “obtenidos enteramente según la aplicación íntegra del método paranoico-crítico”, un sistema que Dalí acuñaría y desarrollaría.
La formulación de este método y su supuesta cristalización en el texto escrito y en la obra pintada sobre la metamorfosis de Narciso, apunta Joan M. Minguet, suponen la culminación de un asunto que preocupó largamente a Dalí: la posibilidad que tiene el arte de hacer visible lo invisible, de desentrañar lo oculto. Pero también de hacer que lo oculto sea evocado, sin desentrañarlo. La revelación de una realidad que sólo el artista puede captar y trasladar al observador de su obra.
Por primera vez un cuadro y un poema surrealistas, explicó el propio autor, implican objetivamente la interpretación coherente de un tema irracional desarrollado.
El lirismo de las imágenes poéticas sólo es filosóficamente importante cuando logra, en su acción, la misma exactitud que obtienen los matemáticos en la suya. El poeta debe, ante todo, puntualiza Dalí, demostrar lo que dice. 


Bajo el desgarrón de la negra nube que se aleja
la balanza invisible de la primavera
oscila
en el cielo nuevo de abril.
Sobre la más alta montaña,
el dios de la nieve,
su cabeza deslumbrante inclinada sobre el espacio
vertiginoso de los reflejos
se derrite de deseo
en las cataratas verticales del deshielo
aniquilándose ruidosamente entre los gritos
excrementales de los minerales
o
entre los silencios de los musgos
hacia el lejano espejo del lago
en el que
desaparecidos los velos del invierno,
acaba de descubrir
el relámpago fulgurante
de su imagen exacta....
( extracto del poema que consta de 145 versos)

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